El lago Llanquihue desagua en el Océano Pacifico por el río Maullín. En la ribera Sur, cerca de la desembocadura, se encuentra la ciudad de Maullín, de larga historia. En 1560 el capitán español Pedro Ojeda y Asenjo, ordenó construir un pequeño fuerte junto al río, en el lugar que hoy ocupa la ciudad, para protección de los conquistadores. El bastión resistió embates de variada índole, hasta que fue abandonado en 1723 y 1766 durante los grandes levantamientos indígenas, pero repoblado definitivamente en 1790 con el nombre de San Francisco Xavier de Maullín. Hasta el poblado colonial llegaban chilotes en barcos, dispuestos a continuar por el camino real, el fatigoso y peligroso viaje hacia Osorno y Valdivia. Durante la República y hasta los primeros años del siglo XX, llegaban naves de gran tonejale, trayendo manufacturas de Europa y llevándose cueros, charqui, sebo, trigo, especialmente maderas nativas y otros productos propios de la zona. Pero el destino de Maullín y su pujante actividad de entonces, se vería detenida por una creciente industrialización del país y la apertura de Panamá. Sigue luego un pausado transcurrir de largos años, hasta que un 15 de septiembre de 1882, mediante Decreto Supremo se otorga el rango de Municipalidad. En esta jurisdicción comunal se encuentran lugares históricos como Abtao, donde se libró la batalla del mismo nombre el 7 de Febrero de 1866; y también está Huito, en cuya ensenada se refugió el comandante William Rebolledo después de Abtao, para protegerse de la poderosa flota española que lo acosaba. Los chilenos hundieron la corbeta Lautaro en la entrada lo que impidió ser destruído por los realistas, que furiosos se trasladaron al norte donde procedieron a bombardear el puerto de Valparaíso.
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